Reorganizando mi biblioteca, hoy me he topado con mi vida. Me asalta de repente mi historia dulce y agria. Dulce de los
diecinueve; mi primer año en la facultad, libre y disfrutada, lejos de casa.
Agria por el inicio del amor romántico que me atrapó y se convirtió en amarga y
devastadora.
Dulce. Un folio datado el cuatro
de junio del setenta y siete por “El Dire” de la Asignatura “Ronda Nocturna
para oboe y trompa” del curso Para pirados al Do” de la Facultad de “MUSICA
ANTICA”. ¡Nunca olvidaré aquellas noches en Salamanca! Salíamos a rondar
buscando la vida. Con el pasar del tiempo nunca entendí porqué me alejé de mi
camino.
Amarga. Las numerosas multas de
aparcamiento, incluso en días consecutivos, en Haro, Santo Domingo de la
Calzada, Salamanca, Madrid, San Sebastián… Con dos vehículos diferentes en
menos de un año. No me hicieron reflexionar, no pensé en lo diferente de lo que
yo era, tantas sanciones, tantos cambios, tantos brincos… algo salvaje. Solo me
deslumbró y me convirtió durante largo tiempo en la sombra de quien yo quería
haber sido.
“Introducción a la obra de Melanie
Klein de Hanna Segal” ha sido durante más de treinta años, la caja de Pandora
que hoy sobrevuela mi cabeza. No
conviene ordenar libros, puede atropellarte tu pasado…