sábado, 6 de junio de 2015

1977 Ronda nocturna y Multas

Reorganizando mi biblioteca, hoy me he topado con mi vida. Me asalta de repente mi historia dulce y agria. Dulce de los diecinueve; mi primer año en la facultad, libre y disfrutada, lejos de casa. Agria por el inicio del amor romántico que me atrapó y se convirtió en amarga y devastadora. 
Dulce. Un folio datado el cuatro de junio del setenta y siete por “El Dire” de la Asignatura “Ronda Nocturna para oboe y trompa” del curso Para pirados al Do” de la Facultad de “MUSICA ANTICA”. ¡Nunca olvidaré aquellas noches en Salamanca! Salíamos a rondar buscando la vida. Con el pasar del tiempo nunca entendí porqué me alejé de mi camino.
Amarga. Las numerosas multas de aparcamiento, incluso en días consecutivos, en Haro, Santo Domingo de la Calzada, Salamanca, Madrid, San Sebastián… Con dos vehículos diferentes en menos de un año. No me hicieron reflexionar, no pensé en lo diferente de lo que yo era, tantas sanciones, tantos cambios, tantos brincos… algo salvaje. Solo me deslumbró y me convirtió durante largo tiempo en la sombra de quien yo quería haber sido.
“Introducción a la obra de Melanie Klein de Hanna Segal” ha sido durante más de treinta años, la caja de Pandora que hoy sobrevuela mi cabeza. No conviene ordenar libros, puede atropellarte tu pasado…

jueves, 26 de febrero de 2015

VIVIR

Vi como morías y fue tan abismalmente doloroso, que lo necesito vivir acompañada de mi misma. Ahora me asombro movilizando inevitablemente todo mi cuerpo en convulsos suspiros.
Vi como me mirabas y en tus ojos vi la muerte. Cuando ahora te observo despertar veo lo mismo que vi aquella tarde… las cinco en punto de la tarde…
En mí ha quedado tu imagen, tus estertores, tu dolor. No logro desprenderme de ello.
Y sin embargo festejo saberte en ti, y que todo fue por nada, que sigues contigo y conmigo.
Ambos irrumpimos la frontera desde países diferentes: tú el de la inconsciencia, yo el de la sentida presencia… el de la locura.
Ayer te pensaba de cerca, observaba tu despiste, vigilaba tus progresos, temía tu no regreso…
Hoy cada minuto superviso tu vida, como respiras, como lates, como me miras, como ríes, como sufres la pérdida, y esa tristeza por perder a quien te trajo.

Pero vivo… mientras vivamos. Regreso de mis miedos y todo lo cuido, porque yo también estoy regresando. Yo también me había ido y ahora regresando, encontrándome, encontrándonos.