domingo, 20 de mayo de 2007

Apacible fin de semana

Veinte de Mayo de dos mil siete
Mi querido domingo que ahora acaba... lo he pasado en calma. Lluvioso con reminiscencias del pasado y de nuestra casa. Ha sido estupendo ver llover... llueve detras de los cristales. Casi todo el mundo en Madrid dice entristecerse con la lluvia. Yo no, yo siento una secreta alegría. Siempre he sabido que es porque me recuerda a mi niñez...
- Amatxo, ¿ mañana nos llevas a la playa? Veremos, si no llueve: si.
Cuando me hice mayor y tenía a tres niñas conmigo, me preguntaron en alguna ocasión si les llevaba a la piscina y al principio respondía lo mismo: si, si no llueve. Ellas se reían. Pensaban que era un chiste.
Esta noche llueve mientras mi chico escucha como va ganando la Real. Su corazón está contento.

Le es indistinto en parte, es consciente de que los clubs de futbol son sociedades, pero la Real es la Real... mas que una sociedad... Real Sociedad de San Sebastian.
Somos dos peces en una pecera, una gran pecera, un gran acuaruo en Madrid, fuera del mar. Quiero volver al mar, a la montaña al hogar que envuelve nuestro hogar.
Llueve como en casa. Llueve fuera de mi corazón.

1 comentario:

Mariangeles dijo...

Han empezado a suceder cosas... y lo que sucede: conviene. Es posible que pronto regresemos a casa. De momento ando buscando piso... ¡¡¡Que ilusión!!!
Además, releyendo el blog me he percatado de que siempre hablo de volver.